Cuando bajan las temperaturas, mantener a tu bebé abrigado sin comprometer su seguridad es una prioridad. Un ambiente adecuado y la elección de textiles apropiados pueden marcar la diferencia en la calidad de su descanso.
1. Controla la temperatura de la habitación
La temperatura ideal para el sueño del bebé está entre 18 y 22°C. Usa un termómetro ambiental y evita corrientes de aire.
2. Elige el saco de dormir adecuado
Los sacos de dormir para bebé son una opción segura y efectiva, ya que mantienen el calor sin riesgo de que la cobija se desplace. Opta por materiales transpirables como algodón o microfibra térmica.

3. Vístelo con capas ligeras
Evita el exceso de ropa. Un pijama térmico de algodón junto con un saco de dormir es suficiente para mantener su temperatura corporal sin sobrecalentarlo.
4. Asegura un ambiente relajante
Antes de dormir, establece una rutina calmada con un baño tibio y un masaje suave. Usa una manta envolvente para darle sensación de seguridad.

5. Evita calefactores durante la noche
El aire seco puede irritar las vías respiratorias del bebé. Si es necesario, usa un humidificador para mantener un nivel óptimo de humedad.
Las noches frías no tienen por qué interrumpir el sueño de tu bebé. Con los textiles adecuados y una rutina establecida, garantizarás que duerma abrigado y seguro.
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