Cómo cuidar la piel durante y después del embarazo

Para prevenir la aparición de estrías, es recomendable usar cremas específicas desde el primer mes del embarazo.

Lo ideal es compaginar esos tratamientos con ejercicio, hidratación y una alimentación adecuada

El embarazo provoca cambios en todo el organismo, y afecta a nuestro estado físico y mental. En algunos momentos, para bien, y en otros, puede hacernos pasar algunos momentos que nos gustaría evitar. El desajuste hormonal afecta a muchos aspectos de nuestro cuerpo, y uno de los más visibles es precisamente la piel. Hay mujeres a las que el cutis les mejora, luciendo una piel tersa, luminosa y sin imperfecciones. Es lo que muchas personas llaman el «pregnancy glow», que hace que algunas mujeres luzcan un aspecto mejor que en momentos anteriores al embarazo.

Sin embargo, muchas otras viven todo lo contrario: acné, rojeces, granos… Imperfecciones que creíamos olvidadas tras molestarnos en la adolescencia, reaparecen debido al huracán hormonal que está experimentando nuestro organismo.

Embarazo y piel reseca

¿Y las estrías?

Vivamos el «pregnancy glow» o no, lo que parece común a casi todas las mujeres embarazadas es la aparición de estrías, ya que la piel se estira, se adapta y nuestro peso cambia muy rápidamente. Estas marcas, que no tienen por qué ser antiestéticas (a muchas personas les recuerdan los reflejos del mar en la piel), son un quebradero de cabeza para infinidad de mujeres, que intentan buscar un remedio para hacerlas desaparecer de zonas como los glúteos, la barriga o los pechos. Internet está lleno de consejos y remedios caseros como el zumo de limón, la manteca de karité o el azúcar blanco, pero algunos trucos no son tan efectivos como se cuenta. 

Lo ideal es ser previsoras y comenzar a usar las cremas y tratamientos desde el primer momento, desde que la panza comienza a crecer. Así, cuidaremos la piel y evitaremos dentro de lo posible la aparición de estas marcas tan características. Como en cualquier otro tratamiento de salud o belleza, es fundamental ser constante y seguir una rutina, además de dedicar tiempo a realizarlo. Cuanto mejor lo hagamos, mejores resultados obtendremos. Es recomendable para ello usar buenas cremas, con vitamina A y E, que apliquemos un par de veces al día.

Además de las cremas: hidratación, buena alimentación y ejercicio

Por otra parte, los milagros no existen, pero sí el éxito tras un tratamiento bien realizado. Por eso, debemos combinar el uso de estas cremas con una buena alimentación e hidratación, para lo que podemos tener siempre a mano una botella reutilizable o una cantimplora, para obligarnos a beber aunque no tengamos sed. En cuanto a la nutrición, es bueno seguir un horario de comidas y evitar en lo posible la comida grasa y los fritos.

Lo malo de las estrías es que son molestas y para algunas mujeres, antiestéticas; pero lo bueno es que existen ya muchos estudios y otras mujeres que las han tenido que permiten saber qué funciona y qué no. Y es que según los datos, cerca del 70% de las mujeres que han pasado por un embarazo tienen estrías. 

Tipos de estrías: del rojo y violeta al temido blanco

Y ante todo, es importante distinguir entre los distintos tipos de estrías. Las primeras en aparecer son rojas o violetas, conocidas técnicamente como «striae rubrae». Suelen generar algo de picor en la piel y desde ese momento podemos comenzar a cuidarlas o a humedecerlas con cremas. Después comienzan a aclararse y convertirse en estrías blancas, las «striae albae», que suelen quedarse de forma permanente. De todas formas, aunque lleguemos al punto de que se vuelvan blanquecinas, es posible disimularlas al rehidratar la piel con los consejos que ya hemos comentado en este artículo.

En resumen, las aparición de estrías es algo completamente normal en los meses de embarazo o tras el parto, y que afecta a la mayoría de las mujeres. Pararlas a tiempo o mejorar la hidratación de la piel es posible si utilizamos cremas buenas y adecuadas, compaginando su aplicación con buenos hábitos alimenticios, una hidratación frecuente y ejercicio moderado.

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